Por muchos siglos, cada viernes se reunieron en la Isla de Stromboli, perteneciente a la Sicilia, Italia, las "brujas" expulsadas por cargos de herejía, en la oscura civilización medieval. Volaban desde las cercanías, según testimonios de descendientes de Filicudi y otras islas del mar Mediterráneo, a rendir culto a Eolo, de quien deriva su nombre de Islas eólicas. Mujeres que perfeccionaban en sus concilios los poderes sobrenaturales que poseemos los seres humanos, para evitar su extinción y alcanzar el Bien.
La modernidad, el raciocinio y la especulación económica de algunas sectas que se autodenominan satánicas, acabaron o mejor dicho, quisieron acabar con una cultura milenaria, que tuvo a mis ascendientes por vía femenina, como protagonistas y difusores del Dios Universal, como única verdad inexplicable, inexpugnable e irrebatible, y sus leyes sagradas, reconociendo a las personas santas y sabias que en el mundo han sido; aquéllas dotadas con el valor más inapreciable y menos cotizado en el planeta: la sabiduría o la inteligencia del amor.
Conocimiento místico que nos permitirá comprender quienes somos y para qué estamos en este planeta.
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